SOCIALISMO DESDE ABAJO



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El fin del Neoliberalismo... ¿hacia dónde va el capitalismo?


31/10/2025 | 46 vistas | miguel silva







¿El fin del neoliberalismo?

Ha sido espectacular el giro desde la libre competencia globalizada del neoliberalismo, a la intervención estatal por los bancos centrales y la aplicación de tarifas.

Los capitalistas en general sí saben que su estrategia neoliberal ya no les sirve, pero no saben hacia dónde van y Trump es la encarnación de esa incertitud con sus cambios abruptos y sus mentiras.

Para entender mejor la naturaleza de los cambios que pasan frente nuestros ojos, vamos a describir el capitalismo que existía antes de la época neoliberal, para luego ver la naturaleza del mismo neoliberalismo y la forma en que está terminando.

El capitalismo keynesiano

 Durante las tres décadas después de la segunda guerra mundial, el sistema capitalista global creció como nunca antes. Las empresas de los países centrales del sistema podían crecer sobre la base de un “alto rendimiento de capital” – frase que lo que los economistas ortodoxos usan para medir la tasa de ganancias --, de 11%.

Esas empresas acumulaban capital en sus propios países, pero también invertían en otros países centrales como los EE.UU., Europa y Japón, dejando los países del Sur más o menos fuera de la película.
Como consecuencia inesperada, países en África, Asia y América se levantaban contra el colonialismo y podían comenzar su propio camino hacia el desarrollo capitalista porque los países del centro no los consideraban tan indispensables como antes.

En esa época, y haciendo uso del estado, tanto los países del Sur como los países del centro intervenían en sus economías para dirigirlas en tal o cual dirección. En los países del centro, por ejemplo, el estado se encargaba de concentrar parte importante del capital en el gasto permanente bélico. Por otro lado, muchos países del Sur intentaban protegerse de la competencia internacional, aplicando tarifas a las importaciones de otros países.

Ese auge económico duró tres décadas, años en que el predominio económico norteamericano fue casi total porque sus niveles de inversiones y productividad eran mucho más altas que la gran mayoría de los otros países del globo.

Claro, “ganaban la competencia” con otros países con la ayuda del Banco Mundial y la FMI. El acuerdo de Bretton Woods cuando se creó el Banco Mundial y el FMI, fue diseñado precisamente para crear las condiciones en que el poder económico norteamericano podía conquistar el globo.

Sin embargo, el mismo auge creó una economía global donde otros países también podían crecer, y tras los años Japón y Alemania comenzaron a vencer la hegemonía total norteamericana. Tras las décadas, el rendimiento del capital global bajó de 11% a 7%.






 

La primera transición.

El primer “temblor” que marcó el comienzo de la transición desde aquella época del capitalismo “keynesiano”, fue cuando, a principios de los años 1970’, Nixon desvinculó el dólar del oro, porque la economía norteamericana no podía seguir convirtiendo los dólares que tenían otros países ya más exitosos, en oro.

Luego, a fines de esa década, cuando la economía norteamericana tenía una tasa de inflación alta, el encargado de su banco central (la “FED”), aumentó la tasa de interés a un nivel mucho más alto que antes, provocando así una recesión global.

Ese período de transición de una estrategia a otra, fue uno en que los encargados de grandes acumulaciones de capital buscaban – sin saber exactamente hacía dónde iban – un camino nuevo.

Lo que SÍ sabían era que querían recuperar los beneficios que los trabajadores del mundo habían logrado durante las décadas de crecimiento. Por lo tanto, desde Chile hacia Norteamérica e Europa, gobiernos y empresas, -- con o sin el uso de la fuerza --, bajaron el estándar de vida de los y las trabajadores.

La ideología que formalizaron – paso a paso--, para abrir un nuevo período de crecimiento, fue una de la libre competencia global, la destrucción de unos sectores de capital y la austeridad para la clase trabajadora.

Sus empresas y estados hicieron campañas para eliminar las tarifas que unas economías habían levantado contra sus exportaciones, campañas para privatizar sectores del capital estatizado a precios de regalo, y campañas de eliminar las organizaciones de la clase trabajadora y así bajar sus sueldos y condiciones de vida.
 
 
La época neoliberal.

Sin tener claro el nuevo camino, la clase capitalista comenzó a recuperar los recursos que la clase trabajadora había ganado durante la época del auge.

Con campañas de austeridad, con la destrucción o privatización de capital estatal, con la externalización de producción a otros países – lo que hoy día se llama la “globalización de las cadenas de producción” --, crearon nuevas fuentes de acumulación y la combinación de estos cambios aumentó la tasa de ganancias global de 7% a 9%.

Claro, Los capitalistas del mundo no siempre invirtieron su nueva riqueza en nuevas fuerzas productivas, sino a menudo especularon con sus nuevos billones… para especular después en más especulación.

Mientras que las décadas del gran auge económico capitalista posguerra habían habilitado el auge del capital “central” y también el auge del capital del Sur protegido por tarifas, el capital “neoliberal” de los países centrales echó abajo aquellas tarifas, como un paso en su camino hacia el dominio global.

Unas economías del Sur como Brasil, Chile o India, podían integrarse a ese nuevo proceso de crecimiento global y acumulación neoliberal, mientras otros entraron en un período de crisis porque estaban desprotegidos frente al capital globalizado más productivo.

Fue el caso también de varios países que formaban parte del bloque de la URSS, como Rusia y la RDA, que colapsaron frente a la “libre competencia” global.

Sin embargo, el período de crecimiento neoliberal comenzó a entrar a su fin luego de la caída de las tasas de ganancias a fines del siglo pasado. La crisis de los países “tigres” y luego el colapso de la burbuja del “dot.com” en 2001, fueron la antesala de la crisis financiera global de 2008.

Fue durante los últimos años del neoliberalismo que la economía China tomó vuelo y luego de dos décadas de niveles de acumulación de capital de 40% del PIB, ya tenía centros de capital que podían hacer la competencia con sectores de capital norteamericanos.

Ese fin de la hegemonía norteamericana fue consecuencia del neoliberalismo globalizado – según un sector de sus capitalistas-- y los lanzó a la búsqueda de una nueva estrategia.
 
La segunda transición

Ya se ha probado que los bancos centrales han asumido un rol central en el sistema capitalista global. No solamente en Norteamérica, el estado mostró que fue su intervención la que protegió a grandes empresas de la bancarrota durante la crisis de 2008, que creó líneas de crédito que ayudaron a grandes empresas debilitadas aguantar el largo período de estancamiento que siguió esa crisis, y que financió la intervención estatal durante la crisis de la COVID de 2020.

Y no solamente en Norteamérica, al proteger sectores débiles de capital, los bancos centrales han sido un obstáculo para el proceso de “destrucción creativa” que el sistema necesita para aumentar la tasa de ganancias y entrar en un nuevo ciclo de crecimiento.

Hoy día, el capitalismo global es un sistema de empresas enormes estancadas. Solamente los “siete magníficos” (Google, Meta, Tesla, Nvidia, Microsoft, Amazón, Apple) crecen en el sistema norteamericano.

Sin embargo, el capital chino, que es una acumulación de capital híbrido que integra tanto capital privado como capital estatal, ha impulsado a los encargados del capital norteamericano a usar SU estado para dirigir y centralizar su capital.

Es decir, de la libre competencia de la época neoliberal ha nacido la acumulación de capital china que, a través de su capital de estado, ha enfrentado con éxito relativo la crisis creada por la libre competencia neoliberal.

Claro, el estado norteamericano interviene (como siempre) en la competencia militar imperialista en Ucrania y en Israel, pero ha aprendido y hoy en día centraliza inversiones de capital en la producción de semiconductores dentro de su territorio.
La aplicación de las tarifas por Trump es una muestra más de la libre competencia hacia una nueva estrategia que fortalece centros nacionales de capital.

Pero hay otra manera en que el capitalismo neoliberal ha entrado en una transición hacia un futuro desconocido: la crisis medioambiental ha comenzado a ser tema central para las economías del globo. Por ejemplo, aumentos en las temperaturas del agua en ríos y mares han provocado, a su vez, aumentos en los costos para la generación eléctrica.
 
¿Hacia dónde va el capitalismo, entonces?

Vimos que la transición del capitalismo keynesiano hacia el capitalismo neoliberal fue provocada por cambios muy profundos como la caída de la tasa de ganancias y la competencia entre Norteamérica y nuevos centros de acumulación en Japón y Alemania.

El camino nuevo para el sistema global fue la globalización de las cadenas de producción, la eliminación de aquellas barreras proteccionistas que habían crecido, la privatización y devaluación del capital estatizado y la austeridad para la clase trabajadora.

Los encargados del capital norteamericano pensaban que su capital iba a ganar la competencia con otros centros de capital en estas nuevas condiciones, pero no fue así y el gran ganador de la competencia global ha sido el capital estatizado chino.

Es probable, por lo tanto, que el próximo camino para el capitalismo será uno en que el estado será más importante en la competencia económica-imperialista. Y ese estado agresivo se aplica tanto contra los “enemigos externos” como contra los “enemigos internos”.
Los “externos” son centros de acumulación de capital en China o otros países.
Los “internos” son las organizaciones de la clase trabajadora, los migrantes y los movimientos contra la opresión.







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