SOCIALISMO DESDE ABAJO



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Frente Único – ¿luchemos todos juntos? 


21/08/2024 | 163 vistas | Miguel Silva







Frente Único – ¿luchemos todos juntos? 

 

Encuentro que hay un problema con parte de la izquierda. Es decir, son buenos(as) para formar planes para la revolución, pero malas(os) para tomar parte en luchas mancomunadas donde la mayoría no estén de acuerdo con sus planes. 
 

¿Cómo es? 

En otras palabras, que son buenos(as) para luchar juntos(as) si todos están de acuerdo con su “programa”, pero malas(os) para luchar con gente que no está de acuerdo con sus principios. 

Ellos(as) van a responder que, si no trabajan así, de esa manera, ¿cómo los otros van a tomar el camino hacia los cambios radicales y la revolución? 

Bien dicho, pero no toman en cuenta que la consciencia de tal o cual sector es contradictoria. Pueden ser buenos para luchar por la vivienda o condiciones de trabajo. Y, al mismo tiempo, quieren cerrar las fronteras del país para los migrantes y así crear muchas dificultades para esas familias que vienen acá en la búsqueda de una casa (la vivienda) y un estado de vida digna (condiciones de trabajo). 
 

En otras palabras, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, pueden estar dispuestos y convencidos que su lucha es necesaria y digna, pero que otras luchas son contra sus intereses (nacionales o de clase social). 

Ahora bien, los revolucionarios(as) suelen decir que apoyan a todas las luchas. Pero a menudo, no se meten en conflictos “complicados” donde se mezclan lo progresista con lo reaccionario.  

 

¿Cómo enfrentamos ese tipo de luchas? 

Creo que la solución es que, en cada lucha, se acepte que es necesario trabajar como si fuera un frente único - sobre una demanda específica -, pero que no esté integrada con otras luchas en ese momento. 

Esa limitación a la lucha, en su momento, puede organizar y movilizar grandes cantidades de gentes. Algunos de ellos(as) aprenden en la lucha que es su deber apoyar a otras(os) en SUS luchas sobre SUS problemas. Pero otros(as) de ellos no “sacan esas conclusiones”. 

Pero ese hecho no es razón para no luchar con ellos para ganar sus demandas propias. 

 

En nuestras luchas, hemos visto este tema en la práctica. 

Por ejemplo, hay pobladoras(es) que luchan por la vivienda, pero no ven por qué sindicalizarse. 

Hay sindicalizados(as) (de planta) que no ven por qué integrar a los subcontratados(as) en sus organizaciones. 

Hay familias sin casa que no ven por qué las familias de migrantes también deben tener una casa. 

Hay estudiantes universitarios que no se integran con estudiantes de los institutos profesionales. 

La lista es larga. 

 

Pero en todos estos casos, si los que sufren de esta conciencia contradictoria no luchan, no van a aprender que todos(as) tienen el derecho a luchar. 

Por eso es tan importante que los revolucionarios(as) se metan en todas las luchas parciales – no para “amplificarlas” --, sino para ayudar en el ejercicio de la lucha y proponer tácticas que no respeten las limitaciones impuestas por el gobierno, el patrón a la lucha o la ley. 

Es decir, proponen que se lucha en forma amplia, sin respetar las reglas, para ganar las demandas “parciales”. 

La falta de respeto a las reglas y leyes puede abrir la puerta al respeto por otros que también luchan sin respetar a las mismas reglas. Puede. 
 

Ahora bien, cuando los revolucionarios(as) están integrados en luchas parciales, tienen cómo transmitir que a todos los explota la minoría que manda en este país, entonces los explotados debemos unirnos. 

Pero muy a menudo, la mayoría de los que luchan NO piensan así. Pero igual, los convencidos tienen cómo convencer a los demás porque toman parte en sus luchas. 
 

¡A volver al principio! 

Las luchas, para ganar, deben integrar todos(as) los que sufren ese tipo de explotación u opresión y organizarlos(las) con tácticas poco “convencionales”. La condición para tomar parte en tal o cual lucha es que estás de acuerdo con ESA lucha, aunque no con TODAS LAS LUCHAS.  
 

Pero los(las) revolucionarios transmiten, mientras toman parte en las luchas parciales, que todas las luchas son dignas. 

Así se puede ganar a la pobladora al lado de la familia de migrantes, al minero de planta al lado de los subcontratados, al hombre sindicalizado al lado de las mujeres que sufren del machismo en su pega. 
 

Un frente único es una alianza para ganar una lucha, para movilizar a todos(as) relacionados con esa lucha. El propósito es ganar esa lucha y la posibilidad que presenta es ganar los y las que luchan para solidarizar con otros(as) que luchan por otras demandas. 

Esa posibilidad a veces es real, a veces es un sueño. Pero no importa. 
 

Si los y las que luchan están de acuerdo con la integración de las luchas, bien. Si no están de acuerdo, pena, pero igual podemos luchar juntos(as) sobre las demandas parciales. 

 

El Frente Único y el reformismo. 

Claro, hay gente que respeta la parcialidad de las luchas porque sostienen que el sistema nos sirve, pero con algunos cambios. 

Pero ellos, por lo general, luchan según las reglas del juego. La parcialidad de las demandas se refleja en la limitación de sus tácticas. Ese es el sentido del reformismo en la lucha. 
 

Sin embargo, para ganar demandas parciales, a menudo necesitamos tácticas poco convencionales. Así se íntegra la óptica de la revolución con las luchas parciales.  

Las tácticas nacen de la óptica que usas para entender la lucha de clases, es decir del punto de vista revolucionario u otro.  Así las cosas, la integración de la teoría, la revolución y la lucha es a través de las tácticas. 
 

La transición (sin o con querer) de aplicar o proponer tácticas poco convencionales a integrarse mayoritariamente en negociaciones políticas parlamentarias y sus tácticas conservadoras, es la transición de la revolución al reformismo. 

¿No es así? 
 

El “programa” y el Frente Único. 

Lo que hacen los revolucionarios(as) es ayudar en las luchas, con tácticas de rebeldía y un “discurso” de emancipación. Tienen cómo tomar ese camino porque hay luchas. Y cuando no haya, nuestro trabajo es la formación y el desarrollo teórico que crea una nueva generación de activistas.  
 

El “programa” - por así decirlo-, es la intervención en las luchas reales o la preparación para esa intervención. No puede ser una lista de demandas en papel, porque las demandas nacen de luchas reales que son consecuencias del desarrollo (o falta de) económico y geo-político. 

Una vez activa la lucha, son las tácticas que se proponen que forman el programa, por así decirlo. 

 

La revolución y el Frente Único. 

Creo que el derecho de cada tal o cual de llamarse revolucionario(a) depende de su capacidad de trabajo con otros(as) en frentes únicos, de aceptar que las luchas parciales son parciales transitoriamente, y de transmitir dentro de esas luchas, que la solidaridad y la revolución es posible. 
 

Claro, cuando el nivel de lucha es bajo y los movimientos sociales son débiles, las conversas sobre las luchas parecen algo abstractas, pero esperan un futuro cuando la realidad se sincroniza con la capacidad teórica. 







Comentarios (2)

21/08/2024 20:33:42
Javier Bertin dijo:
De acuerdo con la idea de fondo unidad amplia, frente unico, en torno a luchas especificas, pero considero que las tacticas no convencionales no son excluyentes con las institucionales, sino complementarias. Un sindicato no puede prescindir de las institucionales, asimismo un comite de vivienda
21/08/2024 19:44:11
Patricio Maldonado dijo:
Como en toda accion y proyecto colectivo humano , los chilenos tamos muy atrasados en algunas cosas y adelantados en otras. Aprovechando que estamos a 2 meses de una conmemoracion del Estallido deberia haber unas cuantas mesas de debate con respecto a estos asuntos.Saludos.
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