SOCIALISMO DESDE ABAJO



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Un partido revolucionario en Chile hoy


04/11/2023 | 487 vistas | Miguel Silva







Por: Miguel Silva

Parece raro hablar de este tema tan alejado de la realidad hoy, cuando la obra más importante que tenemos frente nosotras y nosotros es la re/construcción de las bases sociales. 

Sin embargo, no siempre es cierto que la práctica viene primero, y la teoría después. Algunas activistas, eso sí, pasan tanto tiempo en el día a día, que no les quedan horas para teorizar su propio accionar. Y otras están tan inmersas en sus teorías que no ven la conexión entre sus ideas y la práctica en su territorio, su sindicato o (más probable) en su universidad. 

 

 

Desde el principio, entonces, dejamos claro que no creemos que este país esté dividido entre las que enseñan y las que aprenden. Si fuera así, (como dijo el joven Carlitos Marx), la primera cosa que hay que explicar es cómo aprendió aquellas que enseñan su sabiduría. 

Las que enseñan han aprendido de la historia y aprenden de las que actúan en sus luchas de día a día. Y las que aprenden, aprenden de sus propias actividades y enseñan y aprenden de las que arman teorías. Así es lo que algunas llaman el “praxis” ... es decir la integración del accionar y la lucha con las teorías. 
 

Probablemente se han fijado que he usado la palabra “las” en vez de “los”. Obvio, la palabra “las” incluye también a los “los”, pero es un poco engorroso siempre decir “las y los”, creo. 

 

¿Cómo NO es un partido revolucionario? 

Para volver al título de este texto, la teoría del partido revolucionario es una teoría que necesitamos para ganar las luchas y, en fin, la revolución. Y su práctica es la aplicación de esas ideas en forma organizada en las luchas. Bueno, ¿pero cómo es un partido de ese tipo? 
 

Más fácil comenzar con lo que NO es. 

- NO es un partido que habla en nombre de la clase trabajadora y sus aliados en el parlamento.
Es un partido que organiza las luchas de esa gente fuera del Congreso y el Senado. En general, es así. Pero a veces, elegir diputados parece buena idea, pero con dos propósitos.  
 

Primero, cuando es posible, para legislar, pasar una ley que va a ayudar una lucha activa. Pasar una ley que crea la posibilidad de la construcción de casas por una constructora municipal, por ejemplo. O pasar una ley que habilita la negociación sindical por rama. (¡Son ejemplos no más!) 

O segundo, para enviar una dirigente al Congreso para denunciar la política parlamentaria y predicar la creación de la democracia real en los territorios u otros espacios sociales. Es decir, ejercer una obra de propaganda revolucionaria. 
 

Pero esas revolucionarias en el Congreso NUNCA, bajo NINGUNA circunstancia, negocian (es decir venden) su apoyo popular como parte de las negociaciones parlamentarias entre partidos que representan tal o cual clase social. 

NO es un partido que habla en nombre de su gente en el parlamento, por lo general, entonces. 

 

- NO es un partido que toma el lugar de las bases y que miente y vende la pomada. 

No es un partido que toma el lugar de las bases en lucha (ni a las bases debilitadas). Por ende, no miente a sus bases, no vende la pomada y es honesto con su gente. Y no es un partido que da órdenes a las bases en lucha de no hacer olas que podrían causar problemas paras las negociaciones entre los políticos.
 

Es honesto por una gran razón práctica. Si va a convencer a su gente de sus ideas (y también convencer a las millones que están seguras de que NO están de acuerdo), tiene que ser claro sobre lo que dice, tiene que explicar y también predicar. Tiene que discutir los argumentos. Y si no dicen, honestamente, qué es lo que piensan, ¿cómo las militantes de ese partido van a convencer a las demás?  

En otras palabras, en organizaciones donde circulan una gran variedad de ideas distintas, las que están convencidas de SU alternativa tienen el deber de ser honestas y así convencer a otras que NO están de acuerdo. Claro, hablar directa y honesta es una buena manera de perder tus amigas. Pero así es la vida. 

NO es un partido que miente y vende la pomada entonces. 

 

¿Cómo ES un partido revolucionario? 

Fácil decir que lo que NO es un partido revolucionario. Ahora... ¿Qué ES un partido de ese tipo? 
 

- Es un grupo de revolucionarias que aprenden de las luchas y ayudan a organizar las luchas.  

Tiene que aprender porque interviene en las luchas con buenas tácticas, y con conocimiento de causa. Tiene que haber aprendido en otras luchas qué hacer en condiciones muy variadas y así ayudar a las bases a ganar sus luchas. Si las bases nunca ganan, difícilmente pueden aprender que tienen las capacidades de cambiar todo el país. 
 

Y detrás de este aprendizaje y enseñanza es un principio tan importante... que son millones de personas que hacen los cambios grandes en los países. Y ellas tienen que aprender de sus propias experiencias que tienen la capacidad de crear su propio país nuevo. Tienen que sentir su poder y así tener la conciencia que SÍ son capaces de cambiar este mundo en otro. 
 

En otras palabras, que la revolución hace millones de personas capaces, con experiencia adquirida y conscientes de lo que quieren hacer y cómo hacerlo. Su país es uno donde son sus propias organizaciones base que controlar todo, desde la producción y la distribución hasta la tele y las radios, las oficinas públicas, las fuerzas armadas y los pacos. Es SU democracia de base, democracia directa, que “disuelve” o “destruye” el poder del capitalismo y sus fuerzas y que crea un NUEVO Estado. 

Es un grupo de revolucionarias que aprenden para organizar las luchas. 

 

- Es un grupo de hombres y mujeres que son revolucionarios 

Decir que un partido revolucionario tiene que ser un grupo de personas que ya son revolucionario, parece poco democrático... ¿no debe integrar todas las buenas activistas de base? 
 

Creo que la mejor respuesta a esa inquietud es destacar que, en las organizaciones base, organizaciones que no son pequeños grupo de amigos sino organizaciones grandes y abiertas, en esas organizaciones siempre existen una variedad de puntos de vista, de opiniones distintas, de historias y soluciones distintas a los problemas que enfrentan.  

Algunas, por ejemplo, opinan que las chilenas deben su derecho a la vivienda, a la salud y la educación es más importante que los derechos de las migrantes. Y otras opinan que habría que integrar las migrantes en su organización y de esa manera luchar juntas. 
 

El partido revolucionario no va a integrar activistas que creen que las chilenas son más importantes que las migrantes, sino va a trabajar en la organización base para convencer a todas, en la lucha, que la solidaridad entre chilenas y migrantes es indispensable en la lucha.  

Es en ese sentido que el partido revolucionario es un grupo de personas que ya son revolucionarias y que trabajan juntos para convencer a los demás de sus ideas y tácticas revolucionarios. 
 

Ahora bien, en algunas condiciones, algunas de las millones en lucha se cambian en revolucionarias de día a otro, bajo el impacto de una toma de empresa o terreno y la represión de los pacos, por ejemplo, o bajo en impacto de un motín en las fuerzas armadas. Bajo esas condiciones, parte de la gente en lucha es tan revolucionaria que las revolucionarias del partido revolucionario. Por ende, hay que integrarlas al partido (si quieren) al tiro para que puedan trabajar todas juntas como nuevos “sectores” del partido. 

El partido revolucionario un grupo de mujeres y hombres que trabajan como revolucionarias. 

 

- Es un partido donde sus bases eligen sus dirigentes y acatan a sus decisiones. 

Bueno, cuando las mujeres y los hombres del partido tomen parte de las luchas, tienen que tener cómo transmitir esa experiencia a sus dirigentes del partido a través de sus respectivas secciones territoriales, sindicales etc. Si no tienen como transmitir esa experiencia, las dirigentes fácilmente pueden tomar decisiones erróneas.  
 

Pero una vez discutida la situación, la lucha, todos las mujeres y los hombres deben seguir las decisiones tomadas. ¿Si no es así, cómo van a saber si las decisiones tomadas han sido buenas o malas para la lucha de base? En otras palabras, las capacidades de las integrantes de ese tipo de partido deben aplicarse con la fuerza máxima, para efectuar los cambios en la lucha que sus militantes estiman correctas.  ¡Aplicar las decisiones a medias no sirve para probar si son correctas o no! 

 ¡Y si las dirigentes se desincronizan de las actividades y teorías de las militantes de base, esas bases deben tener todo el derecho de cambiarlas al tiro, en forma democrática! Obvio. 

Es un partido donde las bases aprenden y se forman, por ende, son capaces de decidir si sus dirigentes son buenas y cambiarlas si no las son. 
 

- No hay machismo, sexismo, racismo y otros tipos de desigualdad en este partido revolucionario 

Este partido revolucionario tiene como tarea aprender e intervenir en las luchas para mejorar sus posibilidades de éxito. En otras palabras, trabajar para el éxito de una revolución dirigida por millones de personas. No puede trabajar bien así si existen desigualdades entre sus integrantes mujeres y hombres, entre sus chilenas, mapuches o migrantes, entre las viejas y las jóvenes. La solidaridad, en fin, es la mejor forma de organizarse.  
 

Es más, las militantes de este partido actúan como “tribunas” para las oprimidas, las que han sufrido del machismo, el racismo, la desigualdad, el olvido, el menosprecio, el odio. Son las que ayudan y las que ayudan a organizar las y los sin voz. ¿Cómo pueden trabajar así si sufren del mismo tipo de problemas dentro de su propia organización? 

Los militantes de este partido son las que luchan contra todos los tipos de opresión y explotación

 

- Es un partido de teorías revolucionarias 

Las militantes de este tipo de organizaciones enfrentan muchos tipos de lucha. Y esas luchas cambian de un día, de un mes, de un año a otro. Tienen que tener cómo entender estos cambios entonces y por ende necesitan sus teorías. Ahora bien, entender es entender... no es memorizar de un libro. Las grandes teóricas han integrado sus teorías con los problemas que tuvieron que enfrentar, entonces sus teorías son parte de la realidad. Por ese entender una teoría también incluye entender los problemas que esa teórica enfrentó. 
 

Por ejemplo, por ejemplo. Entender la crisis económica hoy y tener una teoría que nos ubica frente la crisis, incluye entender la reestructuración del sistema y el neoliberalismo globalizante impuesto por los de Chicago durante la dictadura y seguido por los gobiernos de la Concertación.  

Entender el imperialismo hoy es más que leer el libro sobre Imperialismo que escribió Lenín. Incluye esa lectura, pero también debemos actualizarla con los cambios que el sistema global ha sufrido durante el último siglo.  
 

Entender la crisis del medio ambiente integra más que lo que podemos aprender de las zonas de catástrofe... porque es una crisis mundial y lo que pasa, por ejemplo, con El Niño, va a afectar tanto a nosotros como la gente que vive en Australia, en los polos y en África. Es nuestro deber integrar lo que pensaba Carlitos Marx sobre el abuso que hace el capitalismo a la naturaleza, y también integrar las investigaciones científicas sobre las raíces de la COVID y la agroindustria en Asia. 
 

Y más importante de todos los temas es la necesidad por una revolución. Es un tema teórico y también muy, pero muy práctico. 
 

Cuando la clase dominante se opone a las reformas que queremos, y dice que no va a aceptarlas, no las va a aceptar, entonces alguien tiene que tomar la decisión de revolucionar el país y tomar control. En las crisis hay multitudes de ideas, tácticas, estratégicas, y en ese momento crítico de cómo enfrentar la clase dominante sublevada, los que proponen una revolución, una toma de poder por parte de las organizaciones base, tienen que ganar el debate. Si no... bueno ya sabemos qué pasa cuando una clase dominante sublevada gana la batalla. 

En fin, un partido revolucionario existe para cambiar el mundo, es un grupo de mujeres y hombres que trabajan para ganar las luchas, asegurar el éxito de la revolución, y por ende organizarse bien en la práctica y en la teoría.

¡Falta construirlo no más!







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